lunes, 22 de diciembre de 2014

HOMILÍA DEL ABAD BENITO EN EL IV DOMINGO DE ADVIENTO

I. En la primera lectura del Segundo Libro de Samuel, lo importante para hoy es la relación que tiene con el evangelio de la Anunciación.
David quiere construirle una casa al Señor, y el Señor rechaza la oferta y dice que Él le va a construir una casa a David: “Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre”. Encontramos un doble sentido de la palabra casa; para David: un edificio, el templo; para Dios: una familia, la familia real.
Pero podemos hacer otra observación importante a este texto. En el salmo 49 Dios dice  solemnemente a su pueblo que no necesita sus sacrificios de corderos y cabritos “porque es mío el orbe y cuanto contiene”. Lo que quiere Dios de su pueblo es un “sacrificio de alabanza”… Podemos estar tentados de “pagarle” a Dios lo que nos regaló o “comprarle” lo que le pedimos… Todo es gracia, todo es gratuito. Nunca vamos a merecer nada de parte de Dios; lo que Él quiere es que abramos nuestro corazón a sus regalos como hizo María.

 

II. El evangelio de la Anunciación: Nunca terminaremos de captar la hondura del misterio contado con tanta sencillez; nunca terminaremos de entender la profundidad de la fe de María, de su entrega y confianza…
Un primer riesgo de error: imaginar en María “conocimientos teológicos” que implicarían un total anacronismo… María como buena israelita de su tiempo no podía imaginar el misterio de la Sma. Trinidad. “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra… Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios”. Sí, en cambio pudo entender que Dios le estaba proponiendo ser madre del Mesías: “El Señor Dios le dará el trono de David su Padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su Reino no tendrá fin”.
María hace una sola pregunta: “¿Cómo puede ser eso si yo no tengo relación con ningún hombre?”. Es decir “¿qué tengo que hacer?”. La respuesta del Ángel: “El Altísimo te cubrirá con su sombra”. El SÍ rotundo de María es pronunciado desde la obscuridad de la fe…
“Yo soy la esclava del Señor…” El esclavo confía y obedece. “Que se haga en mí según tu palabra” En griego el verbo esta en optativo, que implica deseo, voluntad de…
Lucas no dice que en ese momento María quedó embarazada… Se lo va a decir su prima Isabel…
María sin duda se queda en honda adoración…


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