sábado, 8 de diciembre de 2018

ACATISTOS AL DULCISIMO JESUS (X)

DULCE JESÚS, AURORA Y CONSUELO




K. 10. Queriendo salvar el mundo, oh Sol que surges, has tomado un cuerpo como el nuestro y te has humillado hasta la muerte[1]. Por esto tu Nombre ha sido exaltado sobre todo nombre y de todos los seres de la tierra y del cielo sientes cantar[2]: Aleluya.

I.10. ¡Dios eterno, Consolador! Cristo verdadero: purifícanos de toda mancha, como has purificado a los diez leprosos y cúranos como has curado a Zaqueo, el publicano, de modo que arrepentidos te cantemos[3]:






Jesús, tesoro incorruptible[4].

Jesús, riqueza inexorable[5].

Jesús, alimento de los fuertes[6].

Jesús, fuente inextinguible[7].

Jesús, vestido[8] de los pobres.

Jesús, abogado[9] de las viudas.

Jesús, defensor[10] de los huérfanos.

Jesús, ayuda de los trabajadores[11].

Jesús, guía de los peregrinos[12].

Jesús, piloto de los navegadores[13].

Jesús, consuelo de los angustiados.

Jesús, levántame de mi culpa[14].

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

Lucas 17, 11-19; 19, 1-10.
Lucas 17, 11 Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pesaba a través de Samaría y Galilea. 12 Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia 13 y empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». 14 Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Y en el camino quedaron purificados. 15 Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta 16 y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. 17 Jesús le dijo entonces: «¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? 18 ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?». 19 Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado».
Lucas 19, 1 Jesús entró en Jericó y atravesaba la cuidad. 2 Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. 3 El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. 4 Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí, 5 Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». 6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. 7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». 8 Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más». 9 Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombres es un hijo de Abraham, 10 porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

  1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
  2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús: Consolador, que limpia (purificación de los diez leprosos - salvación del samaritano) y cura (conversión del avaro Zaqueo) al orante. Leprosos y Zaqueo son marginados, excluidos. Jesús es todo lo deseable por el orante, pero todo ofrecido y recibido como don: tesoro, riqueza, alimento, fuente, vestido del pobre, defensor de la viuda, protector del huérfano, ayuda del que sufre, guía del peregrino, estrella del navegante, paz del impetuoso. Súplica hecha con compunción.
  3. Misterio de Jesucristo, Nombre exaltado sobre todo nombre por todos los seres en el cielo y en la tierra: Encarnación, “tomado un cuerpo como el nuestro” y Pascua, “humillado hasta la muerte”. Jesús: Sol que surges (Aurora del Oriente, Rey eterno), que ha venido al “oscuro occidente”, vence el primer obstáculo que es nuestra naturaleza herida (“enviado para enfrentar las depravaciones”), y con su Pascua, el segundo obstáculo el pecado y la muerte.
  4. Iconos narrativos de la curación de los diez leprosos-la salvación del samaritano (Lc 17, 11-19) y de la conversión-salvación de Zaqueo (Lc 19, 1-10). Coinciden el pedido del orante con el deseo de Jesús (“Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros” – “vayan a presentarse a los sacerdotes”, “El quería ver quién era Jesús” – “Jesús miró hacia arriba y le dijo…”). La compunción y la alegría, el arrepentimiento y la acción de gracias, anticipando la estrofa siguiente.
  5. Textos bíblicos: Lucas 1, 68-79; 2, 29-32.

[1] Queriendo salvar al mundo, Oh Aurora del Oriente, viniste del (sic) oscuro occidente de nuestra naturaleza y Te humillaste hasta la muerte (A).
[2] Es el más glorificado de todos los nombres y de todos los seres celestiales y terrenales, y escuchas (A), Por eso, Tu Nombre es exaltado sobre todo nombre y de todos los seres creados en el Cielo y en la Tierra escuchas (B).
[3] Rey eterno, Consuelo, Cristo verdadero, enviado para enfrentar las depravaciones, así como limpiaste a los diez leprosos, cúranos como curaste el alma avara de Zaqueo, el publicano. Temerosamente, Te imploramos y Te llamamos (A), Haz a Tus santos Ángeles, nuestro refugio, oh Cristo, Tú Padre del siglo venidero, y límpianos de toda mancha, como limpiaste a los diez leprosos, y sánanos, como sanaste el alma llena de avaricia de Zaqueo el publicano, que podamos clamar a Ti con compunción y decir (B).
[4] Infalible (B).
[5] Inagotable (A), inderrochable (B).
[6] Nutriente robusto (A), Alimento sustancial (B).
[7] Inconmensurable (A), Bebida inagotable (B).
[8] Vestimenta (A).
[9] Defensor (A).
[10] Protector (A).
[11] De los que sufren (A), Consuelo de los apenados (B).
[12] Compañero de los viajeros (B).
[13] Estrella del navegante (A). Se agrega: Jesús, Paz de los impetuosos (A), Puerto tranquilo de los atormentados (B).
[14] Dios, levántanos de nuestras caídas (A).

No hay comentarios:

Publicar un comentario