miércoles, 21 de octubre de 2020

VOCACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO VOCACIONAL (i)

  1 Samuel 3: La vocación de Samuel

1 El joven Samuel servía al Señor en la presencia de Elí. La palabra del Señor era rara en aquellos días, y la visión no era frecuente. 2 Un día, Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos comenzaban a debilitarse y no podía ver. 3 La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el Templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios. 4 El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy». 5 Samuel fue corriendo adonde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy, porque me has llamado». Pero Elí le dijo: «Yo no te llamé; vuelve a acostarte». Y él se fue a acostar. 6 El Señor llamó a Samuel una vez más. El se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy, porque me has llamado». Elí le respondió: «Yo no te llamé, hijo mío; vuelve a acostarte». 7 Samuel aún no conocía al Señor, y la palabra del Señor todavía no le había sido revelada. 8 El Señor llamó a Samuel por tercera vez. El se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy, porque me has llamado». Entonces Elí comprendió que era el Señor el que llamaba al joven, 9 y dijo a Samuel: «Ve a acostarte, y si alguien te llama, tú dirás: Habla, Señor, porque tu servidor escucha». Y Samuel fue a acostarse en su sitio. 10 Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: «¡Samuel, Samuel!». El respondió: «Habla, porque tu servidor escucha».



Escena de Alberto: ¿quién sabe cuánto cuesta hacer un ojal? es un largometraje chileno para televisión de 2005 dirigido por Ricardo Larraín, escrito por Andrés Salawski y basado en la vida del santo chileno San Alberto Hurtado. La cinta fue producida por la Corporación de televisión de la Universidad Católica de Chile y Cine XXI.


Lectio divina 1 Sm 3, 1-10: Gn 22,1; Ex 3, 4; Is 6, 8; Jr 1, 4-11.

3. Protagonistas: Aunque el capítulo cuenta la vocación profética de Samuel, su protagonista es la Palabra de Dios. Aparece negativamente en el v. 1. [Dios no se manifestaba sino muy contadas veces (Cf. Am 8, 11-12). La ausencia de profetas era para Israel una señal de la reprobación de Dios (Cf. Sal 74,9; Ez 7,26; Lam 2, 9). Señala la desorientación y la incertidumbre por la cual avanza el pueblo. Contraste entre la decadencia religiosa (hijos de Elí, 1 Sm 2, 27-36) y el florecimiento (Samuel)], otra vez en relación con Samuel en el v. 7 “aún no”; al final del capítulo ha penetrado plenamente en la historia. Samuel será su mediador: la misma palabra se crea este instrumento humano con su llamada. Palabra de vida que llama a su servicio, servicio que se orienta esencialmente a la vida. La triple voz nocturna, además de ser un recurso narrativo popular, ilumina un contraste: hasta ahora Samuel ha estado a las órdenes de Eli, ha escuchado su voz; en adelante escuchará la voz del Señor, para cumplir y transmitir sus órdenes. Samuel sirviente de Eli, pasa a servir a la Palabra. Primera revelación al profeta. No es un sueño, la voz despierta a Samuel. No es una visión, más que en sentido amplio, Samuel no ve, únicamente oye. Dios llama cuando parece que ha dejado de llamar.

3,1. Visión y palabra pueden ser dos formas o dos componentes del saber profético: Am 7; Jr 1; etc. El profeta, hombre de la palabra, se llamaba en otro tiempo “vidente”.

3,2-3. Circunstancias: No pudiendo encargarse de la vigilancia, el viejo Eli duerme en uno de los anejos, el joven Samuel duerme en el recinto propiamente dicho (tienda o edificio). El candelabro de que habla Ex 25,31-40; 27,21, era quizá desarrollo de una institución más antigua (Cf. Lv 24,3). Hay algunos que por la lámpara de Dios entienden a Elí. Dios se hace presente encima del arca y desde allí comunica sus órdenes (Cf. Ex 25,22; Is 6).

3,4. Diálogo: Esta primera llamada equivale a una vocación, como Ex 3,4, aunque no incluya todos los elementos de una vocación profética. Señor – Samuel, Samuel – Elí, Samuel-Señor.

3,7. Samuel todavía no tiene trato personal, familiar, con el Señor, como lo tienen los profetas (Am 3); la palabra no se le ha revelado o manifestado personalmente, porque hace falta una actualización con la fuerza del Espíritu para que el hombre capte esa palabra en su carácter único de palabra de Dios. Confundir la voz de Dios con la de un hombre. Mediaciones “cualificadas”.

3.10. El presentarse el Señor sería una visión (Job 4,16: visión de Elifaz): v. 15. Habla Señor: Hermosa oración para comenzar la lectura el Palabra de Dios (Cf. Sal 84,9; 1 Tm 4,15). “Aquí estoy”.

 

Jesús, amigo, hermano y compañero de camino,

vos me llamas por mi nombre,

me llamas una y otra vez,

a tiempo y a destiempo,

con infinita paciencia y cariño.

Vos pones en mi camino

personas sabias que me apoyan

y me ayudan a escucharte.

¡Habla, Señor, que tu servidor escucha![1]

 



[1] http://seminarioriocuarto.org.ar/primer-dia-novena2020/

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