sábado, 10 de noviembre de 2018

ACATISTOS AL DULCISIMO JESUS (IX)


DULCE JESÚS, SANTO Y SALVADOR

 

K. 9. Todos los ángeles magnifican incesantemente tu Santo Nombre Jesús, cantando en el cielo: “Santo, Santo, Santo”[1]. Nosotros pecadores, también, con nuestros labios de arcilla, sobre la tierra te cantamos[2]: Aleluya.

I.9. Viéndote, oh Jesús, nuestro Salvador, los oradores más elocuentes quedan sin palabra. No son capaces de decir cómo tú permaneces Dios inmutable y hombre perfecto. Pero nosotros, llenos de admiración delante del misterio, con fe aclamamos[3]:

Jesús, Dios desde toda la eternidad[4].

Jesús, Rey de reyes.

Jesús, Señor de los señores[5].

Jesús, justicia[6] de los vivos y de los muertos.

Jesús, esperanza de quienes están sin esperanza[7].

Jesús, consolación de los que lloran[8].

Jesús, gloria de los humildes[9].

Jesús, por tu compasión, cúrame[10].

Jesús, expulsa de mí el desaliento[11].

Jesús, ilumina los pensamientos de mi[12] corazón.

Jesús, mantén despierto en mí el recuerdo de la muerte[13].



Lucas 5, 1-11.
1 En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. 2 Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. 3 Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes». 5 Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes». 6 Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. 7 Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. 8 Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador». 9 El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; 10 y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». 11 Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.



  1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
  2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús: Santo, orante: pecador. Títulos y súplicas en relación con la esperanza (dimensión escatológica): Dios eterno, Rey, Señor, Juez-Justicia, Esperanza, Consuelo-Compasión, Gloria, Provisión, Alegría-Ánimo, Luz, Vida. El orante sin esperanza, llorando, humilde y confiadamente súplica cantando: cúrame, expulsa, ilumina, mantén despierto.
  3. Misterio de Jesucristo en su Encarnación-Unión hipostática (“Dios inmutable y hombre perfecto”). Admiración ante el misterio que se hace canto, en el cielo por los ángeles y en la tierra por los hombres, con labios de arcilla (impuros), bocas mortales y lenguas de barro, purificados por el fuego (Is 6, 1-8). Los oradores más elocuentes quedan silenciados como peces, pero los fieles cantan con fe. Santo Nombre de Jesús, Dios salva, y Emanuel, Dios con nosotros, nombres dados por los ángeles.
  4. Icono narrativo de la pesca milagrosa-llamada de los primeros discípulos (Lc 5, 1-11). Jesús - “Navega mar adentro y hecha las redes”: desafío vocacional. Pedro - “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”: distancia. Jesús - “No temas, en adelante serás pescador de hombres”: cercanía (Cf. Jn 21). Vocación de Isaías – de los discípulos.
  5. Textos bíblicos: Isaías 6, 1-8 (Cf. Apocalipsis 4, 1-11); Filipenses 2, 1-13; Mateo 1, 18-25 (Cf. Lucas 2, 21-24.

[1] En los cielos, Oh Jesús, todas las jerarquías angelicales glorifican constantemente Tu nombre Santísimo cantando (A).
[2] En la tierra también nosotros pecadores con nuestras bocas mortales cantamos (A).
[3] Los oradores más elocuentes quedan mudos como peces ante Ti, Oh Jesús Salvador nuestro, no estamos a la altura de explicar como Tú eres, Dios inmutable y un hombre perfecto. Estupefactos a causa del misterio, cantamos con fe (A).
[4] Eterno (A), de dioses (B).
[5] Gobernantes (A).
[6] Juez (A).
[7] De los desesperados (A).
[8] Consuelo de los afligidos (A).
[9] Pobres (A), Provisión de los pobres (B). Se agrega: Jesús, no nos juzgues por nuestras acciones (A), no me condenes por mis obras (B).
[10] Purifícanos con tu benevolencia (A), límpiame por Tu misericordia (B).
[11] De nosotros la tristeza (A), disipa mi desánimo (B).
[12] De nuestro (A).
[13] Haznos (siempre – B) atentos a la muerte (A). Se agrega: Jesús, Hijo de Dios: Ten piedad de nosotros (A), Ten misericordia de mi (B).

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