Querido Padre José, queridos hermanos:
Con mucho afecto los acompaño en estos momentos de aflicción
pero también de esperanza, por la partida del P. Abad Benito. Nos sostiene la
fe en la Resurrección, y una certeza que tantos años de fiel servicio monástico
son ante todo una señal del amor de Dios que acompaña en esta vida y abre las
puertas de la eternidad. Pero permitan a un contemporáneo del P. Benito, con
quien hemos compartido muchos momentos y proyectos, decirles algo sobre lo que
él ha significado para nuestra Congregación. A nosotros nos tocó
vivir una transición, y seguramente en esos tiempos que transcurrían con tanta
velocidad y en medio de tantas exigencias, habremos hecho algunas veces las
elecciones menos sabias y prudentes. Pero como es la obra de Dios, los defectos
de los hombres a Él no lo paralizan, y su guía e inspiración ha ido llevándonos
por un camino del que el monasterio de Cristo Rey es un testigo. Pienso que es
siempre la generosidad y el esfuerzo de los hermanos el que lo hace, pero el P.
Benito estuvo al frente. Y esta realidad auspiciosa desde la fe, ha ayudado
mucho a los demás monasterios. Esto es muy importante, y por el privilegio que
tuve de ser invitado a realizar las ordenaciones y predicarles el retiro, lo
experimenté y lo viví con alegría y gratitud. El P. Benito, con modestia pero
con sinceridad, amaba y cultivaba la verdad, y esto fue muy importante en el
consejo de la Congregación. Además, ello venía avalado por una realidad muy
buena de su propia comunidad, y le daba fuerza y credibilidad a sus intervenciones.
Cuando recibí la noticia me sentí muy triste, pero consuela
pensar que su modo de acompañar será ahora diferente. Y esta es la parte de la
esperanza que no defrauda. Para todos ustedes, hermanos, un afectuoso abrazo,
con la seguridad de mi oración y encomendándome a la suya.
+ Martín
P. Benito en la Cueva de san Benito
No puedo dejar de agradecer las infinitas Misericordias del Señor de las que fue intermediario nuestro querido Padre Benito. Èl seguramente ya gozando de todas las gracias celestiales y junto a nuestro patrono San Benito, nos cuidarà con màs celo desde el cielo,como era su forma de ser. Nos vemos mi querido Padre Benito.
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