sábado, 4 de noviembre de 2017

Pascua del P. Benito: Testimonio Mons. Martín de Elizalde, osb

Querido Padre José, queridos hermanos:

Con mucho afecto los acompaño en estos momentos de aflicción pero también de esperanza, por la partida del P. Abad Benito. Nos sostiene la fe en la Resurrección, y una certeza que tantos años de fiel servicio monástico son ante todo una señal del amor de Dios que acompaña en esta vida y abre las puertas de la eternidad. Pero permitan a un contemporáneo del P. Benito, con quien hemos compartido muchos momentos y proyectos, decirles algo sobre lo que él ha significado para nuestra Congregación.  A  nosotros nos tocó vivir una transición, y seguramente en esos tiempos que transcurrían con tanta velocidad y en medio de tantas exigencias, habremos hecho algunas veces las elecciones menos sabias y prudentes. Pero como es la obra de Dios, los defectos de los hombres a Él no lo paralizan, y su guía e inspiración ha ido llevándonos por un camino del que el monasterio de Cristo Rey es un testigo. Pienso que es siempre la generosidad y el esfuerzo de los hermanos el que lo hace, pero el P. Benito estuvo al frente. Y esta realidad auspiciosa desde la fe, ha ayudado mucho a los demás monasterios. Esto es muy importante, y por el privilegio que tuve de ser invitado a realizar las ordenaciones y predicarles el retiro, lo experimenté y lo viví con alegría y gratitud. El P. Benito, con modestia pero con sinceridad, amaba y cultivaba la verdad, y esto fue muy importante en el consejo de la Congregación. Además, ello venía avalado por una realidad muy buena de su propia comunidad, y le daba fuerza y credibilidad a sus intervenciones. 

Cuando recibí la noticia me sentí muy triste, pero consuela pensar que su modo de acompañar será ahora diferente. Y esta es la parte de la esperanza que no defrauda. Para todos ustedes, hermanos, un afectuoso abrazo, con la seguridad de mi oración y encomendándome a la suya.


+ Martín  


P. Benito en la Cueva de san Benito

1 comentario:

  1. No puedo dejar de agradecer las infinitas Misericordias del Señor de las que fue intermediario nuestro querido Padre Benito. Èl seguramente ya gozando de todas las gracias celestiales y junto a nuestro patrono San Benito, nos cuidarà con màs celo desde el cielo,como era su forma de ser. Nos vemos mi querido Padre Benito.

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