Condiciones para la reserva en nuestra hospedería:
a) Serán días de retiro y oración
en soledad y silencio, compartiendo la Eucaristía, momentos de oración, el
almuerzo y la cena con la comunidad. Con la posibilidad de una charla personal con
alguno de los monjes.
b) La reserva puede realizarse por
Te. 0381-4925000 o correo: monasteriocristorey@uolsinectis.com.ar.
Deberá fijar la fecha de llegada y de partida. El hospedero le informará si
esos días están disponibles.
c) Llegar por la mañana antes de
las 12,00 hs. y por la tarde entre las 15,00 y las 20,00 hs. para no alterar el
ritmo de vida de la comunidad.
d) Si viaja en Colectivo, la
empresa es El Simoqueño, en las primeras ventanillas y entre las plataformas 11
y 13 de la Terminal de Ómnibus.
e) Llenar la ficha de ingreso y
entregar al hospedero lo más pronto posible.
f) Las habitaciones son
individuales con baño privado. La cocina para el desayuno y la merienda se
comparte con los otros huéspedes.
g) En cada cuarto encontrará una
Biblia, material sobre la Lectio Divina
y la Regla de San Benito.
h) Traer sábanas y toallas.
i) Sobre el monto y la forma de
colaborar consultar con el Hno. Hospedero al realizar la reserva.
REGLA DE SAN BENITO, CAPÍTULO LIII
1 Recíbanse
a todos los huéspedes que llegan como a Cristo, pues Él mismo ha de decir:
"Huésped fui y me recibieron" (Mt 25,35). 2 A todos dése
el honor que corresponde, pero sobre todo a los hermanos en la fe y a los
peregrinos.
3 Cuando se
anuncie un huésped, el superior o los hermanos salgan a su encuentro con la más
solícita caridad. 4 Oren primero juntos y dense luego la paz. 5 No den este
beso de paz antes de la oración, sino después de ella, a causa de las ilusiones
diabólicas.
6 Muestren
la mayor humildad al saludar a todos los huéspedes que llegan o se van, 7
inclinando la cabeza o postrando todo el cuerpo en tierra, adorando en ellos a
Cristo, que es a quien se recibe.
8 Lleven a
orar a los huéspedes que reciben, y luego el superior, o quien éste mandare,
siéntese con ellos. 9 Léanle al huésped la Ley divina para que se edifique, y trátenlo luego
con toda cortesía.
10 En
atención al huésped, el superior no ayunará (a no ser que sea un día de ayuno
importante que no pueda quebrantarse), 11 pero los hermanos continúen ayunando
como de costumbre. 12 El abad vierta el agua para lavar las manos de los
huéspedes, 13 y tanto el abad como toda la comunidad laven los pies a los
huéspedes. 14 Después de lavarlos, digan este verso: "Hemos recibido,
Señor, tu misericordia en medio de tu templo" (Sal 47,10).
15 Al
recibir a pobres y peregrinos se tendrá el máximo de cuidado y solicitud,
porque en ellos se recibe especialmente a Cristo, pues cuando se recibe a
ricos, el mismo temor que inspiran, induce a respetarlos.
16 Debe
haber una cocina aparte para el abad y los huéspedes, para que éstos, que nunca
faltan en el monasterio, no incomoden a los hermanos, si llegan a horas
imprevistas.
17 Dos
hermanos que cumplan bien su oficio, encárguense de esta cocina durante un año.
18 Si es necesario, se les proporcionará ayudantes para que sirvan sin
murmuración; por el contrario, cuando estén menos ocupados, vayan a trabajar a
donde se los mande. 19 Y no sólo con éstos, sino con todos los que trabajan en
oficios del monasterio, téngase esta consideración 20 de concederles ayuda cuando
lo necesiten, pero luego, cuando estén desocupados, obedezcan lo que les
manden.
21 Un
hermano, cuya alma esté poseída del temor de Dios, se encargará de la
hospedería, 22 en la cual habrá un número suficiente de camas preparadas. Y la
casa de Dios sea sabiamente administrada por varones sabios.
23 No trate
con los huéspedes ni converse con ellos quien no estuviere encargado de
hacerlo. 24 Pero si alguno los encuentra o los ve, salúdelos humildemente, como
dijimos, pida la bendición y pase de largo, diciendo que no le es lícito hablar
con un huésped.
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