martes, 13 de enero de 2015

LA COMUNIDAD EN LA PROFESIÓN SIMPLE DE LA HNA. MARCELA DEL ROSARIO EN EL MONASTERIO MADRE DE LA UNIDAD (Santiago del Estero,Sábado 10 de enero de 2015)






HOMILÍA DEL ABAD BENITO

LECTURAS: 1 Jn 4,10-5,4  Lc 4,14-22

Querida Hna. Marcela los textos bíblicos que acabamos de proclamar iluminan muy bien lo que estás viviendo: el origen de tu vocación monástica y la misión que esta implica.
¿Dónde nació y dónde creció tu vocación monástica?
1° “Nosotros amamos porque Dios nos amó primero”, nos primerió, le gusta decir al Papa Francisco. Pero ese amor que Dios te tuvo y te tiene es fuente y sostén del amor de otras personas que te amaron y te aman. En primer lugar tus padres, que fueron los transmisores de tu primera vocación, la vocación a la vida; por su amor fuiste engendrada y con tu amor te hicieron crecer no sólo en estatura sino también en sabiduría y gracia (Lc 2,52).
Salteando otras mediaciones, que sin duda conoces muy bien, yo te subrayo dos.
La primera: tus hermanas de este Monasterio de Madre de la Unidad. Las comunidades son como el seno materno donde nace y crece toda vida. No existe la comunidad perfecta, cada una tiene cualidades y defectos. Esta comunidad que te recibió y engendró a la vida monástica, además de grandes virtudes tiene una riqueza impagable: dolores, sufrimientos, momentos en que parecía que todo terminaba, pero el Señor bendijo e hizo fecundo tanto dolor.
La segunda: la Congregación de la Santa Cruz del Cono Sur. Tu enfermedad Suscitó en ella la gracia de compartir como hermanos. Crecimos todos en el compromiso fraterno.
2° Tu misión. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción”. El Señor te ha ungido en tu bautismo, en tu confirmación y hoy te “unge”, “te consagra” con la profesión monástica.
En primer lugar tenés que estar convencida de que antes de enviarte,  antes de darte la misión, el Señor hizo su obra en ti. No sos vos la que toma la iniciativa. El Señor te envía porque te dio su “Espíritu” que te guiará y fortalecerá. “El me envió a llevar la Buena Noticia” Misión de buenas noticias, misión de esperanza y por eso misionera alegre. Llevar alegría a los pobres; pobres de bienes materiales, pero son pobres también los que carecen de horizontes. Tenés que preguntarte todos los días ¿Quién carece de alegría? En primer lugar tenés que traer alegría a tu comunidad monástica. Las tentaciones de tristeza son muchas: es una comunidad chiquita, con mucho trabajo, sin nuevas vocaciones, con dificultades para una buena formación… Tú desafío es encontrar motivos de alegría para vos y para tus hermanas .Las razones para esperar son muchas, pero hay que descubrirlas…
“Él me envió a anunciar la liberación a los cautivos”. La vida monástica es vida de libertad; libera de la esclavitud del pecado y de tantas cadenas que el mundo nos ofrece. La vida monástica te hará libre y constructora de liberación.
“A anunciar la vista a los ciegos”. La vida monástica te sumerge en el misterio de Dios, desde el cual todo se hace luminoso; luz para vos y luz para tus hermanos, luz para todo el que encuentres en tu camino.
“Y para proclamar un año de gracia del Señor”. Profeta de buenas noticias, profeta de la “gracia” de la benevolencia de Dios porque la has experimentado y la vives…


1 comentario:

  1. Felicidades!!! Hermana Marcela del Rosario!!! Has elegido un camino en la Gracia de Dios, que lo transites con mucho Amor, Alegría y Plenitud.

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