sábado, 4 de abril de 2015

VIERNES SANTO: HOMILÍA DEL ABAD, VIA CRUCIS (MOVIMIENTO "PUENTE")

HOMILÍA DEL ABAD BENITO EL VIERNES SANT0
            El Viernes Santo la Iglesia nos invita a contemplar dolidos y arrepentidos la cruel muerte de Cristo en la cruz, por la salvación del mundo. No se trata de poner entre paréntesis por este día la realidad de la resurrección de Cristo. El Cristo que hoy contemplamos muriendo en la cruz es el Cristo glorioso y resucitado; pero hoy lo contemplamos muriendo crucificado. Muriendo en la cruz en las afueras de Jerusalén hace dos mil años y muriendo en las periferias del mundo hoy.      
Podemos  recordar    un canto que dice: “Cristo sigue muriendo, su Sangre está corriendo” y como una aclaración: “Muchos están hambrientos, muchos están sufriendo; hay injusticia y guerra; hay opresión y odio”. No es un pensamiento original del P. Osvaldo Catena, autor del canto, sino una concretización de lo que dice el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo: “tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber;  estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron".
Cristo está hoy muriendo; lo está matando el fanatismo religioso del Estado Islámico, que no tiene nada que ver con la doctrina del Corán. Lo están matando los intereses criminales de los traficantes de armas, de los traficantes de la droga, de los que se dedican a la trata de personas que se llenan de dinero con el precio de la sangre de pueblos enteros. Mata hoy a Cristo la corrupción de tantos gobernantes, de tantos políticos, de tantos dirigentes gremiales de tantos empresarios, de tantos simples ciudadanos. No todos… “tuve hambre y me dieron de comer”…
Estamos en un año electoral… El Papa Francisco, a través de una revista “villera” “La Carcova news” le marca el camino a los que quieren presentar su candidatura… Ya en la Evangelii Gaudium (205) Había escrito: “La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común. Los políticos que se quieren presentar como candidatos tendrían que preguntarse sinceramente: “Busco servir al pueblo o enriquecerme a costa del pueblo?” 
En este Viernes Santo un examen de conciencia mundial, nacional, provincial, de barrio; pero también personal: ¿Yo no lo estoy torturando a Cristo? ¿Yo no hago nada por impedir que lo torturen?
Esta es una mirada sobre el Cristo que muere en mi prójimo, en mi hermano. Es la que sugiere expresamente el texto de Mateo 25; pero hay otra mirada, menos reflexionada, pero también profundamente bíblica: “Completo en mi cuerpo lo que falta a la pasión de Cristo para bien de su cuerpo que es la iglesia.” Col 1,24  “Cristo sigue muriendo” Cristo sigue muriendo en mis dolores, en mis sufrimientos. Mis sufrimientos son también para la salvación del mundo, son redentores si los acepto y los asumo y los uno a los de Cristo. Nada de “pobrecito yo”, nada de autocompasión. “Completo en mi cuerpo, en mi persona, lo que falta a la pasión de Cristo” Es un acto de fe a veces muy difícil, imposible para el hombre, pero posible con la gracia, que me agiganta, que me agranda el corazón, que me hace mártir, testigo de esperanza.
Una tercera mirada al Cristo que sigue muriendo… La misión de llevar consuelo y esperanza a ese Cristo que sigue muriendo… Misión difícil, delicada… Nos hemos encontrado, sobre todo nosotros los sacerdotes con personas en situaciones casi insuperables… Ahora con estas inundaciones, familias que perdieron todo, casa, muebles, instrumentos de trabajo… todo. El padre de esa familia, la madre de familia que te dice “¿Qué hice yo para que Dios permitiera esto?” La repuesta cristiana desde la fe es esta: “No hiciste nada que mereciera eso, sos una elegida” Pero cuánto tacto para decirlo… imposible sin la luces del Espíritu Santo, imposible sin la previa experiencia personal del dolor asumido…  El dolor nos prepara para consolar.







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