Tu paso... el sonar de las campanas de tu amado templo, tu casa,
despidiéndote con un suave y triste sonar; las rosas de tu jardín saliendo a
darte sus mejores pétalos de adiós; una brisa suave y cálida que disimulaba el
frío de la noche; la lluvia de madrugada para limpiar el día de tu pascua y tus
hijos todavía escuchaban las últimas instrucciones de tu recta voz.
Todos alrededor tuyo para que dejes tu ultima enseñanza,
"No muero, duermo en los brazos de quien me esperó toda su vida."
Abad, Abba, padre y hermano que me diste hogar y amor, guiaste con tu frontal
caridad pasos en mi vida, te recuerdo entre tus niños de infancia que con
especial predilección los acogiste en tu testimonio de guía y pastor, te
recuerdo en silencio en los pasillos de piedra y sol donde siempre me mirabas
al pasar y sin palabras me decías lo que necesitaba escuchar; que sin preguntar
sabias que estaba mal y me llevabas a charlar...
Esa primera vez te compartí que este día te soñé, en un piso
contiguo al templo, y hoy se hace realidad el sueño donde con alegría entrabas
por esa puerta junto a tus hermanos.
Imposible no esperar cada día que suba por las escaleras del
monasterio verte arriba parado con los brazos cruzados esperando para recibirme
con un abrazo. Te quiero y extraño mucho padre...
Tu paso Padre Benito, A un Cielo Nuevo y Una Tierra Nueva. Hasta
pronto...
Ignacio (Nacho) Berta
Amigo de la comunidad
bello testimonio y tambén me hago eco y reconozco el Padre que fuiste conmigo, querido P. Benito!!! Hasta pronto!!! Rogá por nosotros a la Madre Virgen!!!
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