“Los mismos Ángeles se maravillaron de
este misterio. Cristo Hombre, al que vieron poco antes retenido en una estrecha
tumba, ascendía, desde la morada de los muertos, hasta lo más alto del Cielo.
El Señor regresaba vencedor. Entraba en su templo, cargado de una presa
desconocida. Ángeles y Arcángeles le precedían, admirando el botín conquistado
a la muerte. Y, aunque sabedores de que nada corpóreo puede acceder a Dios,
contemplaban sin embargo, a sus espaldas, el trofeo de la Cruz: era como si las
puertas del Cielo, que le habían visto salir, no fueran lo suficientemente
anchas para acogerlo de nuevo. Jamás habían estado a la altura de su nobleza,
pero, después de su entrada triunfal, se precisaba un acceso todavía más
grandioso. Ciertamente, a pesar de su anonadamiento, nada había perdido. No es
un hombre el que entra, sino el mundo entero, en la Persona del Redentor de
todos” (Ambrosius, De vera fide 4, 1;
PG 16, 271).
“Y aquellos Espíritus que dudan porque aprecian en su Cuerpo los
estigmas de la Pasión –de los que carecía cuando salió del Cielo- y preguntan:
“¿Quién es este Rey de la gloria?”, tú les responderás: “Es el Señor héroe
valeroso, héroe de la guerra”. Y si te preguntan, como en el diálogo del
Profeta Isaías: “¿Quién es éste que viene de Edom, es decir, de la tierra?,
¿cómo es que está rojo su vestido y sus ropas como las del que pisa un lagar?”,
entonces tú les mostrarás la veste de su Cuerpo, embellecida por los ornamentos
de su pasión y de su Divinidad, como nunca brillaron de tanto amor y de tanta
belleza” (Gregorius Nazianzenus, Oratio
45, 15; PG 36, 658)
Oración: SALMO 24 (23)
LITURGIA DE ENTRADA EN EL TEMPLO
1 Salmo de David.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay
en ella ,
el mundo
y todos sus habitantes,
2 porque él la fundó sobre los mares,
él la afirmó sobre las corrientes del
océano .
Condiciones para un verdadero culto
3 ¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado ?
4 El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;
el que no rinde culto a los ídolos
ni jura falsamente :
5 él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su salvador .
6 Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro , Dios de Jacob.
La entrada de Dios en su Santuario
7 ¡Puertas , levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas ,
para que entre el Rey de la gloria!
8 ¿Y quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor poderoso en los combates .
9 ¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria!
10 ¿Y quién es ese Rey de la gloria?
El Rey de la gloria
es el Señor de los ejércitos .
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