viernes, 1 de junio de 2018

Profesión temporal del Hno. Gabriel Alejandro Grabarnik. en la Fiesta de la Visitación


RITOS INICIALES

Petición.

Terminado el Evangelio, el abad se sienta en la sede de tal forma que la asamblea pueda seguir perfectamente la acción litúrgica. Todos se sientan. El que va a profesar, invitado por el maestro de novicios (p. Prior José desde su sitial), se pone delante del abad y permanece de pie.

Si el profesando permanece de pie, el maestro de novicios lo llama por su nombre, diciendo:

Acércate, hermano Gabriel Alejandro Grabarnik.

El profesando responde:

Aquí estoy, Señor, porque me has llamado.

Luego, el maestro de novicios (prior), dirigiéndose al abad, dice:

Reverendísimo Padre: ya se ha cumplido el tiempo de prueba de nuestro hermano Gabriel, es hora de interrogarlo, para conocer cuál es su deseo, según lo pide la Regla.

A continuación el abad interroga al profesando, diciendo:

Querido hijo, ¿qué deseas, qué pides a Dios y a esta comunidad?

El profesando dice:

La misericordia de Dios y la confraternidad de esta comunidad monástica.

El abad prosigue: El Señor te admita entre sus elegidos.

Todos responden: Demos gracias a Dios.


Homilía.

El abad hace una homilía en la que explica las lecturas bíblicas, la gracia y la función de la profesión monástica y exhorta al profesando acerca del servicio santo que va a prometer en bien de la Iglesia y de toda la familia humana.
 

RITOS ESENCIALES

Interrogatorio.

Concluida la homilía, el profesando se pone de pie delante del abad, quien lo interroga, diciendo:

Querido hijo, ya has sido consagrado a Dios por el agua y el Espíritu Santo, ¿quieres unirte más íntimamente a él con el nuevo vínculo de la profesión monástica?

El profesando responde:

Sí, quiero.

El abad le pregunta acerca de su propósito, con estas u otras palabras semejantes:

Ya has conocido la ley bajo la cual deseas militar, no sólo por la enseñanza, sino también por haber compartido nuestra vida. ¿Quieres prometer, por tres años, estabilidad, observancia monástica –conversatio morum– y obediencia, según la Regla de nuestro padre san Benito y las Constituciones de nuestra Congregación, en presencia de Dios y de sus santos?

El profesando responde:

Sí, quiero.

El abad dice:

Dios todopoderoso te conceda esta gracia, por su gran misericordia.

Todos responden: Amén.

Profesión.

El profesando recibe su carta o cédula de profesión que ha escrito de su propia mano y la lee en voz alta e inteligible. Luego la firma con su nombre sobre el altar, y la muestra al abad y a la comunidad, quienes asienten con una inclinación de cabeza. Si se considera oportuno, la muestra también a los fieles. Luego la deposita en el centro del altar.

El profeso regresa al lugar donde estaba; todos se ponen de pie. 

A continuación, el profeso canta tres veces, según la costumbre del monasterio, el verso “Súscipe me” de la siguiente manera:

De pie, alzando los brazos y levantando la mirada:

Haciendo inclinación, y con los brazos cruzados sobre el pecho:

El coro repite el verso “Súscipe me” una o tres veces, mientas el profeso se inclina. 
Impetración de la gracia divina.

Después del canto del verso “Súscipe me”, el profeso se pone de rodillas delante del abad, mientras todos permanecen de pie.

Oremos.

Todos oran en silencio.

El abad, con las manos extendidas, pide el auxilio divino con la siguiente oración:

Dios de bondad, dirige tu mirada sobre Gabriel este hijo tuyo que hoy, ante tu Iglesia, desea consagrar su vida por la profesión monástica. Bendícelo con bienes celestiales para que permanezca entre nosotros unido por el amor fraterno, acepte con entereza las manifestaciones de tu voluntad, sea moderado, sencillo y alegre. Ilumínalo para que reconozca que esta gracia le ha sido otorgada gratuitamente. Y concede, misericordioso, que su entrega glorifique tu nombre y contribuya a la redención de las almas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

RITOS COMPLEMENTARIOS

Terminado el canto del “Súscipe me” y la oración de impetración de la gracia divina, todos se sientan.

Entrega de la Regla.

El abad entrega la Regla al profeso, que permanece de rodillas, diciendo:

Querido hijo, ésta es la Regla que has prometido observar. Cúmplela fielmente durante tu vida, para que el Señor te conceda el premio que ha prometido al servidor fiel.

El profeso responde:

Amén.

Abrazo fraterno.

El profeso se pone de pie y recibe el abrazo fraterno del abad y de la familia monástica.

Ofertorio de la Misa:
Saludos y Cena:


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