1.
(v.
23) no guardar rencor.
2.
(v.
24) No tener dolo en el corazón,
3.
(v.
26) No abandonar la caridad.
4.
(v.
29) No devolver mal por mal.
5.
(v.
30) No hacer injurias, sino soportar pacientemente las que le hicieren.
6.
(v.
31) Amar a los enemigos.
7.
(v.
32) No maldecir a los que lo maldicen, sino más bien bendecirlos.
8.
(v.
34) No ser soberbio.
9.
(v.
65) No odiar a nadie,
10.
(v.
66) no tener celos,
11.
(v.
67) no tener envidia,
12.
(v.
68) no amar la contienda,
13.
(v.
69) huir la vanagloria.
14.
(v.
72) Orar por los enemigos en el amor de Cristo;
15.
(v.
73) reconciliarse antes de la puesta del sol con quien se haya tenido alguna
discordia.
Ocho enseñanzas sobre la paciencia
en la RB
1.
Pró.
36-38.50: “Por eso, para corregirnos de nuestros males, se nos dan de plazo los
días de esta vida. El Apóstol, en efecto, dice: "¿No sabes que la
paciencia de Dios te invita al arrepentimiento?" (Rm 2,4). Pues el piadoso Señor dice: "No quiero la muerte del
pecador, sino que se convierta y viva" (Ez 33,11)…De este modo, no
apartándonos nunca de su magisterio, y perseverando en su doctrina en el
monasterio hasta la muerte, participemos de los sufrimientos de Cristo por la
paciencia, a fin de merecer también acompañarlo en su reino. Amén”.
2.
Cap.
II, 25: “Debe, pues, reprender más duramente a los indisciplinados e inquietos,
pero a los obedientes, mansos y pacientes, debe exhortarlos para que progresen;
y le advertimos que amoneste y castigue a los negligentes y a los arrogantes”.
3.
Cap.
IV, 30. 33: “No hacer injurias, sino soportar pacientemente las que le
hicieren… Sufrir (soportar) persecución por la justicia”.
4.
Cap.
VII, 35-43: El "cuarto grado de humildad" consiste en que, en la
misma obediencia, así se impongan cosas duras y molestas o se reciba cualquier
injuria, uno se abrace con la paciencia y calle en su interior, y soportándolo
todo, no se canse ni desista, pues dice la Escritura: "El que perseverare
hasta el fin se salvará" (Mt
10,22), y también: "Confórtese tu corazón y soporta al Señor" (Sal 26,10). Y para mostrar que el fiel
debe sufrir por el Señor todas las cosas, aun las más adversas, dice en la
persona de los que sufren: "Por ti soportamos la muerte cada día; nos
consideran como ovejas de matadero" (Rm
8,36). Pero seguros de la recompensa divina que esperan, prosiguen gozosos
diciendo: "Pero en todo esto triunfamos por Aquel que nos amó" (Rm 8,37). La Escritura dice también en
otro lugar: "Nos probaste, ¡oh Dios! nos purificaste con el fuego como se
purifica la plata; nos hiciste caer en el lazo; acumulaste tribulaciones sobre
nuestra espalda" (Sal 65,10s). Y
para mostrar que debemos estar bajo un superior prosigue diciendo:
"Pusiste hombres sobre nuestras cabezas" (Sal 65,12). En las adversidades e injurias cumplen con paciencia el
precepto del Señor, y a quien les golpea una mejilla, le ofrecen la otra; a
quien les quita la túnica le dejan el manto, y si los obligan a andar una milla,
van dos (Cf. Mt 5,39ss); con el
apóstol Pablo soportan a los falsos hermanos (Cf. 2 Co 11,26), y bendicen
a los que los maldicen (Cf. 1 Co 4,12 y Rm 12,41).
5.
Cap.
XXXVI, 5 Sin embargo, se los debe soportar pacientemente, porque tales enfermos
hacen ganar una recompensa mayor.
6.
Cap.
LVIII. 3 Por lo tanto, si el que viene persevera llamando, y parece soportar
con paciencia, durante cuatro o cinco días, las injurias que se le hacen y la
dilación de su ingreso, y persiste en su petición…11 Si todavía se mantiene
firme, lléveselo a la sobredicha residencia de los novicios, y pruébeselo de
nuevo en toda paciencia.
7.
Cap.
LXVIII, 2: “Pero si ve que el peso de la carga excede absolutamente la medida
de sus fuerzas, exponga a su superior las causas de su imposibilidad con
paciencia y oportunamente”.
8.
Cap.
LXXII, 5: “tolérense con suma paciencia sus debilidades, tanto corporales como
morales”.
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