21. Hay que considerar
también la contaminación producida por los residuos, incluyendo los desechos
peligrosos presentes en distintos ambientes. Se producen cientos de millones de
toneladas de residuos por año, muchos de ellos no biodegradables: residuos
domiciliarios y comerciales, residuos de demolición, residuos clínicos,
electrónicos e industriales, residuos altamente tóxicos y radioactivos. La
tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de
porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de
otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura. Tanto los residuos
industriales como los productos químicos utilizados en las ciudades y en el
agro pueden producir un efecto de bioacumulación en los organismos de los
pobladores de zonas cercanas, que ocurre aun cuando el nivel de presencia de un
elemento tóxico en un lugar sea bajo. Muchas veces se toman medidas sólo cuando
se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas.
22. Estos problemas
están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los
seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en
basura. Advirtamos, por ejemplo, que la mayor parte del papel que se produce se
desperdicia y no se recicla. Nos cuesta reconocer que el funcionamiento de los
ecosistemas naturales es ejemplar: las plantas sintetizan nutrientes que
alimentan a los herbívoros; estos a su vez alimentan a los seres carnívoros,
que proporcionan importantes cantidades de residuos orgánicos, los cuales dan
lugar a una nueva generación de vegetales. En cambio, el sistema industrial, al
final del ciclo de producción y de consumo, no ha desarrollado la capacidad de
absorber y reutilizar residuos y desechos. Todavía no se ha logrado adoptar un
modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las
generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no
renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento,
reutilizar y reciclar. Abordar esta cuestión sería un modo de contrarrestar la
cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero, pero observamos
que los avances en este sentido son todavía muy escasos.
Papa Francisco, Laudato si
24 de mayo de 2015.
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