Meditación:
Cuando
la tempestad pase nos daremos cuenta en qué medida nuestra poca fe estaba
cargada de insensatez. Y, no obstante, oh Señor, no podemos hacer otra cosa que
sacudirte, Dios que estás en silencio y duermes, y gritarte: despierta, ¿no ves
que naufragamos? Despierta, no dejes que dure eternamente la oscuridad del
Sábado Santo, deja caer un rayo de Pascua también sobre nuestros días,
acompáñanos cuando nos dirigimos desesperados hacia Emaús para que nuestro
corazón se pueda encender con tu cercanía. Tú que has guiado en lo escondido
los caminos de Israel para ser finalmente hombre con los hombres, no nos dejes
en la oscuridad, no permitas que tu palabra se pierda en el gran derroche de
palabras de estos tiempos. Señor, danos tu ayuda, porque sin ti naufragaremos.
Oración:
SEÑOR
JESUCRISTO, EN LA OSCURIDAD DE LA MUERTE TÚ HAS DADO LUZ, EN EL ABISMO DE LA
SOLEDAD MÁS PROFUNDA HABITA YA PARA SIEMPRE LA PROTECCIÓN PODEROSA DE TU AMOR;
EN MEDIO DE TU OCULTACIÓN PODEMOS YA CANTAR EL ALELUYA DE LOS SALVADOS.
CONCÉDENOS LA SENCILLEZ HUMILDE DE LA FE, QUE NO SE DEJE DESVIAR CUANDO TÚ NOS
LLAMES EN LAS HORAS DE OSCURIDAD, DE ABANDONO, CUANDO TODO PAREZCA SER
PROBLEMÁTICO: CONCÉDENOS, EN ESTE TIEMPO EN EL QUE SE COMBATE EN UNA LUCHA
FEROZ EN TORNO A TI, LUZ SUFICIENTE PARA NO PERDERTE; LUZ SUFICIENTE PARA QUE
PODAMOS DARLA A CUANTOS TIENEN AÚN NECESIDAD DE ELLA. HAZ BRILLAR EL MISTERIO
DE TU ALEGRÍA PASCUAL, COMO AURORA DE LA MAÑANA, EN NUESTROS DÍAS; CONCÉDENOS
PODER SER VERDADERAMENTE HOMBRES PASCUALES EN MEDIO DEL SÁBADO SANTO DE LA
HISTORIA. CONCÉDENOS QUE A TRAVÉS DE LOS DÍAS LUMINOSOS Y OSCUROS DE ESTE
TIEMPO PODAMOS ENCONTRARNOS SIEMPRE CON ÁNIMO ALEGRE EN CAMINO HACIA TU GLORIA
FUTURA. AMÉN.
BENEDICTO
XVI, LA MUERTE DE CRISTO.
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