sábado, 10 de junio de 2017

Lectio divina y contemplación de/con un mural románico catalán de la Santa Cena (La Seu d'Urgell, s. XIII) Cuarta parte

3. Pedro, el discípulo pescador-pastor

  

3.1 La copa de Pedro y el cáliz de Jesús (Cf. Lucas 22, 17-18; 1 Corintios 10, 16; 11, 25-29)
Mateo 26, 36-42: “…cayó con el rostro en tierra, orando así: Padre mío, si es posible, que pase lejos de mi este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya… y suplicó: Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad” (Cf. Hechos 1, 26; Mateo 6, 10; Juan 6, 38).
Marcos 14, 32-42: “…Y Jesús dijo a Pedro: Simón ¿duermes? ¿No has podido quedarte despierto ni siquiera una hora? Permanezcan despiertos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Cf. Romanos 7, 14-25).
Mateo 23, 25-28: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera”.
Marcos 10, 35-40: “Jesús les dijo: No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré? Podemos, le respondieron. Entonces Jesús agregó: Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo…” (Cf. Salmo 16 (15), 5).

3.2. Los ojos de Pedro mirando a Jesús
Lucas 5, 1-11: “Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador” (Cf. Éxodo 33,20; Lucas 22, 54-62).
Mateo 16, 13-20: “Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Jesús le dijo: Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo”. (Cf. Marcos 8, 27-30; Lucas 9, 18-21).
Juan 6, 64-71: “Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que tu eres el Santo de Dios”.
Hechos 1, 9-11: “Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía... Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir” (Cf. Juan 21, 15-19).

3. 3. La espada baja de Pedro
Lucas 22, 31-38: “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo, pero yo he rogado por ti para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos…Señor le dijeron, aquí hay dos espadas. El les respondió: Basta”.
Lucas 22, 47-53: “Los que estaban con Jesús viendo lo que iba a suceder, le preguntaron: Señor, ¿usamos la espada?...Pero Jesús dijo: Dejen, ya está…”.
Juan 18, 1-11: “Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha….Jesús dijo a Simón Pedro: Envaina la espada. ¿Acaso no beberé el cáliz que me ha dado el Padre?”.
Mateo 26, 47-56: “Jesús le dijo: Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere. ¿O piensas que no puedo recurrir a mi Padre? El pondría inmediatamente a mi disposición más de doce legiones de ángeles…”.

“moralis quid hagas”
(la moral cómo has de obrar)
Sentido espiritual-tropológico
(práctico o moral).
Caridad.

Vía iluminativa - . Proficientes.

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