Diles
Lo que el viento
dice a las piedras,
Lo que el mar dice
a las montañas.
Diles
Que una inmensa
bondad
Penetra el
universo.
Diles
Que Dios no es lo
que ellos creen,
Que él es un vino
que se bebe,
Un festín
compartido
Donde cada uno da
y recibe.
Diles
Que es el tocar la
flauta
En la luz del
mediodía:
Él se aproxima y
huye
Saltando hacia las
fuentes.
Diles
Que su sola voz
Puede enseñarte tu
nombre.
Diles
Su rostro de
inocencia
Su claroscuro y su
reír.
Diles
Que él es tu
espacio y tu noche,
Tu herida y tu
gozo.
Pero Diles también
Que él no es esto
que tú dices
Y que tú no sabes
Nada de él.
[Commision
francophone cistercienne,
La nuit, le jour,
Paris, Desclée-Cerf, 1973, pp.
32-33,
traducción del P. Marcelo A. Maciel, osb.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario