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miércoles, 1 de julio de 2020

Sobre Santa Gertrudis de Helfta (I) Patrona de nuestro ropero comunitario







Nuestro Ropero comunitario está bajo el patrocinio de Santa Gertrudis, para conocer más sobre ella y su “espiritualidad”.



“El descubrimiento de un Dios capaz de crear y honrar la libertad humana hasta las últimas consecuencias llevó a la teóloga del siglo XIII Gertrudis de Helfta, junto con sus hermanas del monasterio, a desarrollar una cristología (una teología sobre Jesucristo) alternativa a la cristología hegemónica de la Baja Edad Media. La teología dominante caracterizaba a Cristo Jesús como Pantocrátor, Dios Todopoderoso, Rey del Mundo. Esta imagen enfatizaba el poder de Cristo de gobernar y de imponer su ley a todas sus criaturas. Se le concebía a imagen y semejanza de un emperador, un Señor dominante y soberano que ejercía su autoridad suprema desde arriba.
Teniendo en cuenta esta imagen dominante resulta sorprendente que en la primera experiencia de Dios que tiene Gertrudis, Jesús se le aparezca como un joven de dieciséis años que interactúa con ella, una experimentada monja de veintiséis años que había vivido en el monasterio desde que tenía cinco, sin ningún tipo de atributo mayestático. A partir de esta primera experiencia, la comprensión que Gertrudis tiene de Jesús va creciendo en intimidad y Gertrudis empieza a desarrollar la idea de la vulnerabilidad de Dios sin abandonar la idea de su majestad o de su trascendencia. Es precisamente la simultaneidad de la trascendencia y la vulnerabilidad de Dios lo que se convierte en el nervio central de la teología de Gertrudis. A fin de captar adecuadamente este aspecto de su teología, es ilustrativo comparar la experiencia interior que describe en el capítulo VIII de su obra El heraldo del amor divino, con la que describe en el capítulo XIV. En ambas ocasiones, Gertrudis está participando en la eucaristía del domingo XV del tiempo litúrgico ordinario. En ambas ocasiones la experiencia se produce después de haber cantado la antífona propia del día: Sed mi protector. En su primera experiencia Jesús le ofrece su corazón como tierra prometida donde ella podrá encontrar reposo y protección: «Tocando durante la recitación de estos versos tu pecho bendito con tu venerable mano, me mostraste cuál era la tierra que tu generosidad infinita me prometía». En su segunda experiencia, los papeles se invierten de forma sorprendente y es Jesús quien busca reposo y protección en el corazón de Gertrudis: «Mediante las palabras del introito me diste a entender, oh objeto único de mi amor, que, agotado por las persecuciones y los ultrajes que tantas personas te infligen, buscabas mi corazón a fin de descansar en él. Así, cada vez que entré en mi corazón durante los siguientes tres días, te encontré en él acostado como una persona aquejada por un cansancio extremo». La experiencia de la vulnerabilidad y de la necesidad de Dios le es posible a Gertrudis a causa de la Encarnación, la más distintiva y peculiar de todas las creencias cristianas: Dios tomó carne, existió como ser humano en el tiempo y en el espacio en toda la plenitud de Dios. En el contexto del cristianismo primitivo esta idea les parecía simplemente absurda a los sabios, y a los que tenían fe religiosa les parecía ofensiva. Es probable que este siga siendo el caso hoy en día. La idea de Dios no se aviene con la idea de límite. Y sin embargo, los límites que el espacio y el tiempo nos imponen nunca constituyen en realidad obstáculos para la realización de nuestro potencial de amar (de nuestro potencial divino) en toda su plenitud. Tales límites representan en realidad la condición de posibilidad de nuestra libertad de la misma forma que el aire es condición de posibilidad para el vuelo de la paloma de Kant: «La ligera paloma, que siente la resistencia del aire que surca al volar libremente, podría imaginarse que volaría mucho mejor aún en un espacio vacío», escribió Kant en la Introducción de la Crítica de la razón pura.
Confianza, libertad, gozo, profundidad, intimidad, cuerpo, serenidad, luz, reposo, beso y dulzura son algunas de las palabras que reaparecen con más frecuencia en los escritos de Gertrudis. Expresan la forma en que Gertrudis experimentaba a Dios y cómo hablaba de Dios a los peregrinos que hacían cola en la puerta del monasterio para hablar con ella y con sus hermanas. El círculo teológico de Helfta es responsable de haber iniciado la tradición del «sagrado corazón» de Jesús, mas no concebida como una imagen edulcorada y superficial del amor, sino como un tomarse en serio la invitación de Dios a la amistad y a la intimidad con Ella. Gertrudis dejó atrás su búsqueda infantil de un Dios todopoderoso y controlador para descubrir que Dios era en realidad vulnerable, que Dios esperaba y que de hecho necesitaba el acto original de amor que solo ella podía hacer y que debía ser constantemente renovado. Gertrudis descubrió que Dios esperaba establecer una relación personal de amor con ella y con cada uno de nosotros. Esta impactante combinación de la majestad y la vulnerabilidad de Dios constituye el novum teológico introducido por las monjas de Helfta, un novum que se corresponde directamente con el mensaje del Evangelio. Gertrudis describió esta doble dimensión del amor único de Dios con la imagen de un corazón del que surgen dos rayos de luz: dorado para la divinidad, rosa para la humanidad (la carne). En la Encarnación, Dios ha experimentado lo que las nociones clásicas de Dios más rechazan, esto es, el cambio. Dios ha cambiado: ha adquirido un cuerpo que, por la resurrección, ha sido incorporado a Dios para toda la eternidad.
Las monjas de Helfta hablaron entre ellas de sus experiencias interiores y se ayudaron unas a otras a tomar en serio los retos que conllevaban, mas cada una las vivió en la soledad de la propia intimidad. Ellas descubrieron las profundidades de lo que el lenguaje moderno llama «subjetividad»; fueron verdaderas pioneras en el siglo XIII, del descubrimiento de la subjetividad y la libertad individual; anticiparon la devotio moderna y fueron transformadas por su experiencia de tal manera que adquirieron autoridad para inspirar a otras personas (varones y mujeres) en el camino hacia el gozo y la realización personal. Estas monjas son un ejemplo de liderazgo femenino que escapó del control patriarcal y se desarrolló de forma natural y sin cortapisas”.

Teresa Forcades i Vila, Fe y libertad, Herder, Barcelona, 2017, pp. 42-43.


lunes, 17 de diciembre de 2018

HORARIOS NAVIDAD - AÑO NUEVO


Lunes 24 de diciembre

5,20 h. Vigilias.

7,30 h. Misa con Laudes.

12,00 h. Sexta.

18,00 h. Primeras vísperas de la Natividad del Señor.

19,00 h. Oficio de Lecturas de la Natividad del Señor.

22,00 h. Misa de la Nochebuena.



Martes 25 de diciembre

8,20 h. Laudes.

10,00 h. Misa del día de la Natividad del Señor.

12,00 h. Sexta.

19,00 h. Segundas Vísperas de la Natividad del Señor (sin adoración).

 

Lunes 31 de diciembre

5,20 h. Vigilias.

7,30 h. Misa con Laudes.

12,00 h. Sexta.

18,00 h. Primeras Vísperas de la Octava de la Natividad del Señor.

19,00 h. Misa Vespertina.

23,00 h. Oficio de Lecturas de la Madre de Dios.



Lunes 1 de enero

8,20 h. Laudes.

10,00. Misa de la Madre de Dios.

12,00 h. Sexta.

19,00 h. Segundas vísperas de la Madre de Dios (sin adoración).

viernes, 9 de diciembre de 2016

HOMILÍA DEL ABAD BENITO EN LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA 2016


Estamos celebrando la gran fiesta, solemnidad, de la Inmaculada Concepción. Celebramos a la Virgen concebida sin pecado original. Nosotros somos redimidos, purificados del pecado original, por la sangre de Cristo, en el bautismo; y de todos los pecados, cometidos después del uso de razón, si nos arrepentimos y pedimos perdón. La Virgen María también fue redimida por la sangre de su hijo Jesús, derramada en la cruz. Pero para la Virgen la cosa fue distinta: por la sangre preciosa de Cristo fue preservadade todo pecado, no la tocó el pecado, concebida sin pecado y nunca tocada por ningún pecado.
Hoy nosotros estamos de fiesta; pero sobre todo la Virgen, nuestra Madre, está de fiesta porque tantas personas, tantas familias, tantas comunidades cristianas han venido con la imagen de la Madre a decirle que la quieren, a darle gracias, a presentarle sus necesidades. ¡Qué lindo!  La Iglesia está contenta con todo esto; pero nos pide que todo esto no sea algo pasajero, de un solo día sino que sea un nuevo compromiso de imitar sus virtudes. El evangelio de hoy nos ilumina sobre las virtudes más sobresalientes de María que tenemos que imitar.
María, Virgen de la escucha: Oye atenta las palabras del Ángel.
María, Virgen de la alegría: ¡Alégrate María!
María Virgen, abierta al don de Dios, a la Gracia, que había recibido en su Inmaculada Concepción y había dejado que creciera hasta ahora en la Anunciación.
María Virgen del SI al proyecto de Dios .Acepta la misión, la más grande encomendada a un ser humano: ser la Madre del Salvador. Cuando María da su SI, “¡Que se cumpla en mí tu Palabra!” El Hijo de Dios se hace hombre en su seno virginal. María Madre de Dios.
María nos enseña entonces que ante la propuesta de Dios, nuestra respuesta también tiene que ser SI, “Que se cumpla en mi tu Palabra, tu proyecto”
Pero ese Sí inicial de María se tuvo que ir confirmando a través de su vida y en circunstancias terriblemente duras. Cuando ya próxima al parto tiene que emprender el viaje de Nazaret a Belén. Cuando en Belén no encuentra techo que cobije a su Hijo al nacer. Cuando tiene que huir a Egipto porque el rey Herodes quiere matar a su Hijito. Todo esto se dice muy fácil; pero tenemos que saber tomarle el peso a estas dolorosísimas pruebas y así valorar la valiente fidelidad de María. 
La Iglesia la invoca a María como Reina de los mártires. María no murió de muerte violenta, no derramó su sangre; pero fue mártir al aceptar que su Hijo muriera en la cruz para la salvación del mundo. María fue mártir en el Calvario, María fue mártir cuando tuvo en sus brazos a su Hijo muerto.
Yo no sé cuánto dolor traen ustedes hoy en su corazón; pero sí sé que hoy la Virgen nos dice a todos que, como estuvo de pie junto a la cruz donde agonizaba su Hijo, también quiere estar con nosotros a los pies de la cruz de cada uno de nosotros. Quiere estar con nosotros para iluminarnos en nuestras oscuridades, para decirnos que todo dolor aceptado y asumido es fecundo.
Que María, Madre de dolores y esperanzas, los acompañe hoy y siempre.

lunes, 5 de diciembre de 2016

CONFIRMACIONES 2016



HOMILÍA DEL ABAD BENITO

Queridos chicos: Hoy ustedes van a recibir el sacramento de la Confirmación, van a recibir el Espíritu Santo igual que los apóstoles el día de Pentecostés.
Se nos leyó que los apóstoles estaban reunidos en un mismo lugar, donde había sido la última cena, de repente una gran tormenta y sobre cada uno unas llamas de fuego y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en distintas lenguas.
¿Eso va a pasar dentro de un rato? Sí y no.
SÍ: El Espíritu Santo va a descender sobre ustedes, va a entrar en ustedes, los va a cambiar.
NO: No vendrá una gran tormenta, ni vamos a ver llamitas de fuego sobre sus cabezas, ni van a hablar en japonés, ni en alemán, ni en ninguna otra lengua extranjera, seguirán hablando únicamente en tucumano básico como decimos familiarmente.

¿En qué cambiaron los apóstoles el día de Pentecostés?
1° Antes se peleaban: ¿Quién es el más importante? ¿Quién tiene que mandar?...
2° Antes eran miedosos, cobardes, “estaban encerrados por miedo a los judíos”. Después, San Pedro lleno de la fuerza del Espíritu Santo los enfrenta y los acusa: “Ustedes mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó”. Y todos los apóstoles murieron mártires.
3° Antes no lo entendían a Jesús, su misión, lo que les enseñaba y así le hacían preguntas como esta “¿ahora vas establecer tu reinado?” Después que recibieron el Espíritu Santo evangelizaron todo el mundo.

¿Cuál será el cambio de ustedes después de su confirmación, después de recibir el Espíritu Santo?
Bueno cada uno de ustedes tiene que decirlo. Pero no les vamos a pedir que lo hagan aquí y ahora. Lo importante es que se lo digan a ustedes mismos y se lo digan al Espíritu Santo, para que ël los cambie como cambio a los apóstoles.
Lo primero que tienen que prometer y que tienen que pedirle al Espíritu Santo es la perseverancia; el seguir viniendo a la iglesia para participar en la vida de los sacramentos: confesión, misa y comunión.
Como los apóstoles ustedes tienen que ser constructores de unidad en la familia y en el vecindario, “tenían un solo corazón, una sola alma” se ayudaban entre todos.
Que el Espíritu santo los haga valientes para ser testigos de Jesús

jueves, 24 de septiembre de 2015

Vida, Vocación y Felicidad (Charla a los alumnos de la Escuela de Comercio de Raco en la semana del estudiante el 23//09/2015).


 Enzo me dijo que querían hoy una charla sobre el futuro, la vocación. El tema me parece muy bueno porque presupone que no tienen un destino prefijado que deben realizar, descifrando signos, armando un rompecabezas, sino que tienen la libertad necesaria para realizar su propio proyecto con todos los riesgos. Les propongo por eso una charla sobre los dos criterios orientadores de una vida plena: Amor a la vida y deseo de felicidad[1], y luego un momento de diálogo abierto.

1.     La parábola de la célula

Para comprender y amar lo que es la vida, es necesario volver a lo más simple, lo biológico (modelo de lo psíquico y espiritual). Un neurobiólogo a partir de la estructura más elemental la de los seres mono celulares saca tres características de la vida.
La primera constatación es que la vida, para existir, supone un envoltorio-membrana, una separación; la existencia de un límite que va a permitir distinguir un exterior y un interior. La vida se organiza al interior de su envoltura, según un esquema particular, un código genético, pero ella va también a entrar en contacto con el exterior por medio de esta membrana y desarrollar un cierto número de intercambios con un medio vivo. Así la separación se convierte en la condición de toda forma de relación.
La membrana de la célula, o el cuerpo, tiene dos funciones esenciales: por una parte proteger el interior y por otra la de permitir los intercambios con el exterior. La vida supone la separación, delimitando un espacio interior, y la posibilidad de entrar en relación con el exterior. La segunda no es posible sin la primera. La vida supone pues a la vez autonomía y dependencia. En el interior ella es autónoma, regida por sus leyes propias. Al exterior, está en una relación de dependencia respecto del medio en el que evoluciona y del cual extrae su subsistencia. La primera característica de la vida supone una relación de alteridad.
La segunda característica es que en el interior va a darse un equilibrio químico (PH), o más complejo (temperatura). Permanecer en la vida supone mantener este equilibrio interior, aun cuando las condiciones exteriores cambien de manera extrema. Las variaciones internas son de hecho muy reducidas, mientras que las del medio pueden tener una amplitud más grande (temperatura, presión atmosférica, oxígeno).
Vivir significa mantener un equilibrio interno estable, en un entorno inestable y en transformación. Más allá de ciertos límites las variaciones externas pueden ser mortales. Esta permanencia en la vida, que supone intercambios con el medio bajo formas de absorción y de rechazo de sustancias o de calor, necesita permanencia y adaptación. Esta segunda característica de la vida supone mantener un equilibrio en un entorno en perpetuo cambio.
Tenemos necesidades básicas para la vida: 1. seguridad-supervivencia. 2. poder-control. 3. afecto-estima.
Y la tercera característica de los seres vivos es que se reproducen (división celular o sexualmente). La vida tiende a perpetuarse, a transmitirse. Existe una lógica de la vida que tiende a dar la vida. Para vivir uno no se puede contentar con sobrevivir, es necesario desear transmitir la herencia. La lógica de la vida que no puede contentarse con gozar del propio equilibrio interior. La vida aspira a durar, a transmitirse y a perfeccionarse, adaptándose sin cesar.
Si la separación física se nos impone en el momento del nacimiento y se inscribe en un largo aprendizaje de la autonomía, que culminará en el momento preciso de dejar padre-madre, esta distancia no es tan simple. Uno puede creer que ha dejado a su madre, y darse cuenta, muchos años después, que la mujer con la que se casó, o la institución en la que entró, son su proyección simbólica. Aceptar la separación, la distancia y elegir la vida no son en sí pasos tan evidentes. A menudo quedamos prisioneros de estas falsas autonomías, porque no hemos sabido partir. Esto trae consecuencias a nuestra vida relacional: nuestro miedo de perder, nuestras envidias, nuestras expectativas excesivas están ligadas a nuestra incapacidad de tomar esta distancia. Defendemos con agresividad nuestra independencia porque no hemos sabido conquistar nuestra autonomía. La debilidad de nuestra autonomía hace difícil la relación con el otro.
De hecho tenemos dificultad en mantener el equilibrio de nuestra vida interior, que se encuentra sin cesar perturbada, por los sobresaltos que agitan el medio en que vivimos. Entonces tenemos la tendencia sea a dejarnos dominar y a sufrir, sea a buscar dominar, queriendo imponer nuestra percepción, olvidando que la vida supone el respeto de este equilibrio interior, sin pretender cambiar al resto del mundo. La capacidad de adaptación a las variaciones del medio supone la conciencia de salvaguardar el equilibrio interno de nuestro ser. El conocimiento de uno mismo se convierte en un elemento esencial de la vida.
Percibir esta relación entre el medio interior y el mundo exterior es una condición de la vida. Sin embargo no hay que tener una idea demasiado estática del equilibrio. La vida ha progresado porque ha intentado adaptarse continuamente a nuevas condiciones exteriores. El problema está más bien en el hecho de que la amplitud no debe ser tal que amenace nuestra misma existencia.
El tercer elemento supone que no basta dejar padre-madre, o desplegar todas las potencialidades del propio ser para ser un viviente. La vida supone también el deseo de la fecundidad. Si su forma más evidente consiste en fundar una familia y tener hijos, esta necesidad también puede expresarse en múltiples formas. Así por ejemplo, se traduce a menudo en dejar algo detrás de sí: un libro, el nombre de una calle, un records, un acontecimiento memorable, un nombre en una avenida de Hollywood.
La manera inconsciente como expresamos esta necesidad de fecundidad, esta necesidad de prolongarnos en el tiempo, aun cuando a veces pueda parecer un poco ridícula, es de hecho, algo muy sano e infinitamente respetable. Es la lógica de la vida que se expresa a través de este deseo, deseo de felicidad. El verdadero drama está cuando una persona o una comunidad rehúsan dar la vida y se repliega sobre sí misma, contentándose simplemente con sobrevivir, dejándose vencer por el instinto de muerte. La esterilidad es el mayor desafío que hoy nos acecha a cada uno de nosotros.
Todos los que estamos aquí vivimos, es decir reunimos las tres características fundamentales de la vida, tenemos satisfechas, en cierta medida, las tres necesidades básicas, superamos la infancia. En la adolescencia-juventud sobre ellas tratamos de elaborar un proyecto de felicidad. + Necesidad de esconder la herida original (necesidad insatisfecha que genera obsesiones-adicciones-compulsiones-ídolos, y culpa-remordimiento) + Identificación compulsiva con el grupo al que pertenecemos (mandatos-deberías). + Condicionamientos culturales = Dan por resultado un FALSO YO (Máscara-personaje), programado para el sufrimiento-frustración y la búsqueda de compensaciones-ficciones.
Amar la vida y desear la felicidad no es tan claro, muchas veces obramos desde las heridas, rechazos, frustración, ambigüedades, malentendidos, desde el falso yo. La VOCACIÓN es un camino de realización del VERDADERO YO que se orienta a la FELICIDAD.

Pregunta para pensar: 
¿Qué me haría feliz en este momento?

  1. Tres tipos de vocación
Un autor antiguo (Juan Casiano) distingue tres tipos de vocación. Se da en primer lugar la elección romántica o elección pasión. Me gusta (o no me gusta). El corazón-sentimiento es el actor principal. Aquí se pueden reconocer las grandes historias de amor o esas vocaciones que condujeron a tantos hombres a entregarse a las grandes causas-ideales. No se tienen en cuenta las motivaciones inconscientes.
Hay una segunda forma que se desprende de este primer tipo, pero que se distingue un poco. Los apasionados atraen, suscitan seguidores. Lo que seduce entonces, no es tanto el fin buscado, cuanto las personas que se dejaron invadir por su pasión y que juegan, sin saberlo, un rol de leader y de modelo. El fenómeno nos es muy conocido, basta que un deportista o un equipo ganen una competición para que miles de personas se inscriban en clubs. Lo que determina nuestra elección, no es más la causa buscada, sino el deseo de parecerse-identificarse o imitar a aquel o aquella que se han convertido en nuestros héroes.
Existe una tercera modalidad que es mucho menos noble que las anteriores. Es la de aquellos que, a falta de algo mejor, y después de madura reflexión, siguen lo que encontraron, lo que pudieron. Ya sea porque no tienen otra opción, o porque no son atraídos por nada más en particular o aún porque han vivido desilusiones y fracasos. Lejos de elegir su vida, estas personas parecen más bien, sufrir lo que viven; pero este tipo es en el que se encuentra más perseverancia. Cuando la pasión se desvanece y la admiración se esfuma con el tiempo (burbujas), la humilde conciencia de nuestros límites, permite a menudo, continuar caminando, mientras que el fervor del primer amor hace tiempo que se adormeció.
Estamos en el corazón de toda la problemática de la vocación, sea cual sea. En efecto, lo que cuenta, no es tanto el comienzo, la pasión fulgurante, la admiración sin límites, sino sobre todo, la continuación y el final. La vocación es un proceso lento y complejo que hace que un ser humano, no solamente haga una elección, sino que también la renueve y prolongue en el tiempo, día tras día, a pesar o más bien, a través de las vueltas y dificultades de la vida.
VOCACIÓN e IDENTIDAD están íntimamente relacionadas, lo que hace necesario el CONOCIMIENTO/ACEPTACIÓN DE SÍ MISMO.
Matriz FODA. Fortalezas (Virtudes, Capacidades, Dones, Talentos: reconocerlos, cultivarlos, usarlos bien, ponerlos al servicio. No ponerlos permanente en evidencia. Reconocer los dones de lo demás) – Oportunidades (Aspiraciones-Posibilidades) – Debilidades (Defectos, Heridas. Dos ejemplos: el diamante rayado / los animales domésticos y los salvajes. Diálogo con los pensamientos-sentimientos: fábula de los tres lenguajes) – Amenazas (Carencias).

Preguntas para pensar: 
¿Cuál es mi fortaleza? 
¿Cuál es mi debilidad?

Pedro Edmundo Gómez, osb.

[1] Ideas tomadas de autores monásticos contemporáneos: Guillaume Jedrzejczak, Thomas Keating, Anselm Grün y otros.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN 2014

HOMILÍA DEL ABAD BENITO 
EN LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

María concebida sin pecado 
Ella, como nosotros, redimida por la sangre preciosa de su Hijo Jesús.
Pero con una gran diferencia: A nosotros nos manchó el pecado. A Ella no. La Sangre de su Hijo la preservó.
El Evangelio de hoy nos habla de la Virgen concibiendo a su Hijo por obra del Espíritu Santo: Virgen y Madre…
El Ángel a María: 1) ¡Alégrate! 2) Llena de gracia. 3) El Señor está contigo.4) No temas. 5) El Espíritu Santo descenderá sobre ti. 6) No hay nada imposible para Dios.
María al Ángel: 1) He aquí la esclava del Señor. 2) Que se cumpla en mí su Palabra.
Alegría, confianza, fecundidad.
Hoy a nosotros, a todas las comunidades que ustedes representan: San Javier, Raco, El Siambón, y todas las demás… Dios nos dice:
¡Alégrense! Tal vez vengamos con muchas angustias, dolor, desaliento… ¿De donde la alegría?... Porque “llenos de gracia” porque en nuestro bautismo fuimos elegidos y consagrados. Él está con nosotros… Alégrense;
No teman!!
¿A qué nos llama el Señor? Bautizados-misioneros… Cristianos-misioneros… Antes del Concilio: el laicado un elefante dormido…El Espíritu Santo lo despertó… No se trata siempre de grandes obras, tipo Madre Teresa de Calcuta; pero sí de cosas pequeñas pero importantísimas: las oraciones del cristiano no hay que aprenderlas en el catecismo de primera comunión de boca de las catequistas, varios años antes el papá y la mamá se las tienen que enseñar a sus hijos y con ellos las tienen que rezar… Las catequistas no son las primeras formadoras en la fe para los niños; los primeros y más importantes son los padres. A eso se comprometen cuando traen a bautizar a sus hijos; “con la palabra y el ejemplo”.
No tengan miedo; el Espíritu Santo descenderá sobre ustedes, no hay nada imposible para Dios. Sus hijos son hijos de ustedes; pero antes son hijos de la Virgen María, madre de todos…